Quizás este sea el intento de poema que más pasos me ha costado dar. Lo dejo con cuidado, porque habla de mí. Y eso, a veces, da miedo. Sigo fallando, fallandome. Sigo apostando por los besos no dados, por los 'joder tío' delante del espejo. Jodido por los espejismos del abismo. Sigo siendo flor de un día y tu sigues teniendo tantísima primavera por dentro. Y claro, claro que me miro y no me veo porque no me quiero ver así. Contigo. Sin ti. Claro que tengo monstruos debajo de la cama, y miedos cuando se enciende la luz. Claro que quiero querer el niño que llevo dentro, el adolescente que llevo fuera y solo me sale culparme de to'. Claro que lloro cuando echo de menos, cuando me sobra el mundo y solo me queda mi habitación. Claro, joder, claro. Nítido. Cristalino. Transparente. Como la parodoja de no saber cómo quererme pero saber. Quererte .
Funambulista de versos sin terminar, a medio camino entre poesía y realidad.