el verso que más me duele pronunciar
es el que todavía no he escrito.
cuando la mano tema el trazo inmisericorde
de una despedida injustificada
o cuando las letras se balanceen
sobre los puntos finales de nuestro adiós.
cuando todo lo que encuentre en lo vivido
sea nostalgia irremediable,
cuando se me cuelguen tus recuerdos de mis límites
y me arrasen todo al paso del estómago a la tráquea.
cuando el miedo se convierta en certeza profetizada,
cuando deje de hayar consuelo en mis subterfugios,
cuando las hipótesis que fabrico se conviertan en ley irrefutable.
cuando no luches mis monstruos,
cuando mis dudas se te antojen cadenas,
cuando la distancia me de más incertidumbre que perspectiva,
cuando ansíes más la distancia que tu lado de la cama.
Entonces,
los versos que más me dolerán pronunciar
son los que estoy escribiendo ahora.
Comentarios
Publicar un comentario